A partir de varias reflexiones referentes a la RSE
en las últimas semanas pensé en escribir sobre las brechas que hay entre el
dicho y el hecho, lo que se dice y hace en RSE. ¿Se puede seguir sosteniendo o
debe replantearse? Sin dudas, la segunda opción. Debemos replantearnos la
disciplina, formar, dar a conocer, ser responsables desde lo individual, dar el
ejemplo y aprender de los errores. Y no frustrarnos en el trayecto.
En los últimos tiempos, varios referentes de
Responsabilidad Social, se han replanteado cómo avanzar en este modelo de
gestión. Ante un escenario mundial sumamente complejo, con gran cuestionamiento
a las empresas (fundamentalmente en ética y transparencia) y al mismo tiempo
grandes exigencias; asimismo la reformulación de los mismos conceptos para, al
fin y al cabo, ante el desconocimiento aún imperante de muchos, acercar de la
forma de hacer negocio al desarrollo sostenible, hacen pensar que debemos
plantearnos como seguir para avanzar.
Creo que aún la Responsabilidad Social está es
como un pequeño bebe, que aún precisa de la ayuda de muchos, en especial en
regiones como Latinoamérica o países subdesarrollados. Y gran parte de esto
surge por la desconfianza en las organizaciones, entre su decir y su accionar. Por eso debemos repensarla en conjunto, y
co-construir verdaderas prácticas positivas para su desarrollo e impulso.
Luego de las grandes crisis económicas y
sociales que se han vivido en estos años, la ética y la transparencia en las
prácticas de las instituciones y en lo que éstas comunican, se vuelve
obligatoria -más allá de las iniciativas en este sentido-, tanto en el ámbito
privado, como en el público y en el individual (que no es menor).
El modelo de liderazgo ha cambiado, las
exigencias de la opinión pública hacia las empresas son cada vez más fuertes,
la reputación pende de un hilo, y se descree incluso de las organizaciones que
promueven el modelo de gestión sostenible.
Lejos de ver el vaso medio vacío (sigo necesitando
creer y confiar), creo que estamos ante una gran oportunidad, especialmente
por parte de quienes nos dedicamos a esta temática: tenemos un gran desafío por
delante, el desafío de ser verdaderos representantes y ejemplos de aquello que
impulsamos. El desafío de ser confiables y de ser reflejo de aquello que
propiciamos.
¿Sirve hablar de conciliación, si vivimos
víctimas del stress sin atender las diferentes dimensiones de nuestra vida;
sirve armar rankings o comités en pos del Trabajo Decente y los Derechos
Humanos, si no se vigila la propia cadena de valor y la situación de las
personas que conforman la organización?
Siempre comento en las capacitaciones y
consultorías que entiendo que Responsabilidad implica “hacerse cargo”:
hacerse cargo de los impactos, de las acciones, de lo que proclamamos y de lo
que enunciamos a partir de nuestro accionar. Lo que hacemos tiene
consecuencias.
Hoy más que nunca debemos trasladar a los
hechos esa responsabilidad… el desafío está en cada uno de nosotros.
Lorena Brignardello,
Docente y Consultora asociada en
CapacitaRSE,
columnista de varios espacios periodísticos en RSE y mentora para emprendedores
sociales.
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Hay un dicho popular que dice: "El que nace barrigon, es al ñudo que lo fajen".
ResponderEliminarSi ha nacido la empresa con la consigna de buscar el lucro a cuaqlquier costa, es un absurdo pensar que puede cxambiar con algún directivo mas o menos comprometido con un mundo mejor.
Trasparencia, participación y rendición de cuentas, son algo con lo que se nace, se vive y se desarrolla. Sea perssona o empresa. Quien piense que por si sola van a cambiar, esta pensando en una quimera.
Me parece necesario repensar la RSE. Al respecto le pongo en consideración un pequeño trabajo del 2009, disponible en
ResponderEliminarhttp://www.gestiopolis.com/administracion-estrategia/responsabilidad-social-o-rol-social.htm
También coincido con Adalberto. La administración como disciplina se construyó en una mirada individualista y egocéntrica. Los invito a leer y comentar ´´Administración y Desarrollo. Hacia una administración latinoamericana´´, disponible en:
dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4327190.pdf
Un fraternal saludo. Gualberto J.M. Milocco
Muchas gracias por sus comentarios y sus valiosos aportes. Saludos
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