El
futuro de la humanidad, desde la mirada responsable
Hay
un vieja máxima budista que dice: “como el hombre piensa, así es él”. Teniendo
esto en cuenta, es claro que cada acción, cada pensamiento, cada emoción que
elegimos vivir en el presente se transforma en nuestro futuro. Uno no elige (
no debería elegir) alinearse con su empresa dentro de los valores de la
Responsabilidad Social porque es cool o
busca más ventas. Uno elige la RSE porque es lo correcto. Porque quiere hacer
las cosas bien.
Porque entiende que existe un vínculo poderoso entre lo que uno
da y lo que uno termina recibiendo de la vida. Uno elige la RSE porque anhela
agradecerle a la comunidad, ayudar a quienes nos han ayudado.
Cada
acción solidaria, cada voluntad de dar, cada pensamiento de bondad se
multiplica y llama a otros que son afines. La gente buena llama a la gente
buena. La empresa ética llama a clientes y colaboradores generosos.
Si
cada quien hiciera lo que debiera y cada egoísmo fuera reemplazado por
comunidad. Si cada empresa pequeña o grande se hiciera cargo del impacto que
genera en el mundo e intentara ser mejor no por ganar más dinero o status sino
para devolver a conciencia todas las oportunidades que se le brindaron para
llegar a dónde hoy está. Si cada empresario o emprendedor fuera conciente de
las miles de personas que están unidas a él, a través de sus productos o sus
servicios, a través de sus proveedores, de su comunidad. Si cada empleado y
cada gerente buscara el bien común y al hacerlo viera realmente al otro, lo viera
fuera de su rol y cerca de su humanidad, como fines en sí mismos. Hay algo que
debemos aprender: las personas siempre serán más valiosas que las cosas.
¡Nunca
lo olvides!
Si
cada oportunidad que se nos presenta la tomamos con actitud de servicio. Si nuestro
propósito, -no lo que hacemos para ganarnos la vida... sino lo que hacemos para
vivir nuestra vida- es crecer con dignidad y ser felices.
Si
cada quien se ocupara de sus propias acciones, se hiciera responsable por
ellas. Si lograramos relacionarnos más con el corazón, si pensaramos en dar más
que en recibir.
Lo
se, así vivimos en CapacitaRSE,
las cosas comenzarían a acomodarse solas y todo fluiría más naturalmente.
“Las
cosas son lo que pensamos de ellas” y
poco a poco nuestra vida se transforma en eso que pensamos.
¿Y
si en vez de esperar un mejor mañana elegimos construirlo? ¿Y si en vez de
quejarnos por lo mal que va todo comenzamos a aferrarnos menos y brindarnos
más? ¿Y si en vez de ver la RSE como una cosa que hay que hacer porque todos
hacen la vemos como la antorcha que despierta conciencias y pone las cosas en
su real perspectiva? ¿Y si en vez de desvivirnos por cómo nos ven nuestros
clientes comenzamos por escuchar, contener y ayudar al balance de nuestros
públicos internos que son - en definitiva- quienes nos sostienen y quienes nos
representan? ¿Y si en vez de hablar tanto comenzamos a escuchar más?
El
futuro de la humanidad, somos nosotros. ¡Hagámosnos cargo, y cumplamos nuestra
parte!
Autora:Cintia Vanesa Días Licenciada en Ciencias de la Educación y Directora Educativa de CapacitaRSE. |
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