viernes, 28 de marzo de 2014

RSE OPINIÓN

Viernes, 28 de Marzo del 2014



6 características del Consultor de RSE como agente de cambio


Aquellos que elijan dedicarse a la consultoría de RSE, no sólo deben ser profesionales con su trabajo como cualquier asesor, sino que también deben reflejar en su accionar, una conducta responsable e innovadora.

Hace poco más de un mes, recibí un mail desde LinkedIN de una persona joven que en su perfil describía su labor como CSR Consultant. En dicho mail (que también envió a otros colegas) me preguntaba como trabajar como consultor de RSE, sin necesidad de tener que formarse o capacitarse en diferentes cursos, ya que éste había sido mi consejo. Este hecho y otros surgidos en estos tiempos, donde la competencia ha derivado en actuaciones contrarias a lo que proclama la Responsabilidad Social, me ha hecho reflexionar sobre la actuación del Consultor, y sobre qué debo transmitirles a quienes quieran serlo, como los alumnos del Curso para Consultores en RSE de CapacitaRSE, del que soy docente.

De esa reflexión surgen las siguientes condiciones que considero debe poseer un profesional de la consultoría en Responsabilidad Social:

- La ética como base del trabajo: la ética es la piedra basal de la gestión responsable. Quien trabaje en este ámbito debe ser transparente en su accionar comercial, y no debe incurrir en conflicto de interés alguno. De igual forma deben ser sus recomendaciones para la organización para la que trabaje, y dirimir bajo esta base ética, cuestiones que pudieran plantearse en el transcurso de un proyecto.

- Coherencia: así como se le pide a las empresas coherencia entre lo que dicen y sus prácticas; de la misma forma, el asesor en sostenibilidad debe impulsar una gestión de responsabilidad social individual donde actúe, en función a lo que proclama e impulsa. Contrariamente a lo que muchas veces ocurre, esto no lo hace menos competitivo en el mercado como sería si incurriese en competencia desleal, sino que lo hace, con el tiempo, un referente, ya que mantiene una línea de conducta que le dará un liderazgo en su especialidad.

- Actualización constante: el consultor de responsabilidad social en general  puede conocer y asesorar sobre todas sus aristas, pero debe especializarse en alguna de éstas como ser reporting o inversión social privada o comunicación, de manera de lograr una marca distintiva para su trabajo. Aquí es donde armar equipos hace la diferencia para ofrecer programas versátiles, a la medida de lo que cada cliente necesita, y actualizados a los estándares internacionales. La RSE es un modelo de gestión que se está consolidando con diferentes directrices y normativas como GRI, Pacto Global, OCDE, Principios de Derechos Humanos, AA1000, etc., que no deben estar ajenas del conocimiento de un consultor.

- Capacidad y aptitud para forjar alianzas: relacionado con el punto anterior, los mejores proyectos en RSE se dan con la articulación se sectores y alianzas, aún entre supuestos competidores, armando equipos de trabajo donde estén bien delineados los objetivos y los roles de cada uno, es donde mejor se contribuye al desarrollo sostenible, corriendo egos –y algunas veces, altos beneficios económicos- en función de un bien mayor.

- Promotor de la innovación: el consultor en Responsabilidad Social debe tener condiciones de creatividad e innovación, y conocer en profundidad los procesos y liderazgos de la compañía que asesora, ya que busca romper estructuras rígidas para instaurar, impulsar y promover un nuevo paradigma de negocio que gestione y rinda cuenta de los impactos ESG (Environmental, Social and Governance), y que obtenga un equilibrado triple beneficio (económico, social y ambiental) para alcanzar el desarrollo sostenible.

- Buen comunicador: para lograr lo mencionado en los puntos anteriores, el asesor en RSE debe ser un excelente comunicador de sus ideas, manifestarlas con claridad y consistencia, de manera que promover e instaurar una cultura sostenible no sea vista como un gasto sino como una inversión que hará más competitiva a la organización, así como debe tener empatía para reconocer aliados que puedan convertirse en líderes de este proceso, que muchas veces conlleva un cambio de cultura organizacional. Otro beneficio de esta cualidad es colaborar con la empresa para que ésta pueda comunicarse e interactuar de la mejor manera posible con sus grupos de interés, y así establecer relaciones empáticas y virtuosas.


Estas características lo transforman un verdadero agente de cambio, que desde lo personal y lo profesional, reflejan y refuerzan el sentido del desarrollo sostenible.

Autora: 
Lorena Brignardello
Coordinadora Regional de Comunicación, Docente y Consultora Asociada en temas de Relación con colaboradores, Conciliación, Voluntariado, Relaciones con la comunidad e Inversión social privada de CapacitaRSE,columnista de RSE en el programa de radio “Hablemos de Relaciones Públicas” y Mentora para emprendedores sociales en los Premios Mayma (Ex BiD Challenge)


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